BLOM, PHILIPP
Hacia finales del siglo XVI, las temperaturas empezaron a caer en picado, hasta tal punto que se helaron las aguas de algunos puertos mediterráneos y las aves se congelaban en pleno vuelo. A mediados del siglo siguiente, el paisaje europeo vio su entramado social y económico transformado por completo: cosechas arruinadas, hambrunas, migraciones... El propio pensamiento occidental inició un proceso de cambio culminado con el surgimiento de la Ilustración, que combatió la concepción de esos fenómenos naturales como señales o castigos divinos. Más allá de ser un excepcional ensayo histórico, El motín de la naturaleza se revela como una reflexión sobre los desafíos de la catástrofe que se avecina, una invitación a pensar, a centrarse en encontrar soluciones imaginativas y duraderas a las nuevas, profundas y ominosas alteraciones climatológicas como hicieron en el siglo XVI las mujeres y los hombres de Europa.